“En esta tarde brotan de mi boca sólo palabras de agradecimiento por tanta gracia derramada de parte de Dios hacia mi vida”

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“En esta tarde brotan de mi boca sólo palabras de agradecimiento por tanta gracia derramada de parte de Dios hacia mi vida. Agradezco a ÉL el don de la vocación, he sido tocado por Dios, señalado por su Palabra y me siento enviado a los hombres; tengo una vocación para los demás, una misión que Dios me ha confiado para el bien de la juventud”.

Estas fueron las primeras y emocionadas palabras del padre Miguel Orlando Ramírez Barrios, luego de haber sido ordenado sacerdote por imposición de manos del Obispo de Arica, Monseñor Héctor Vargas, el sábado 24 de marzo en la comunidad salesiana de Catemu.

La ceremonia comenzó a las 10 de la mañana, con un gimnasio lleno de personas deseosas de acompañar al padre Miguel en este momento tan importante de su vida. Desde muy temprano sus hermanos de comunidad, posnovicios y teólogos, ya se preocupaban de los detalles para que todo resultara inolvidable.

En tanto su familia esperaba con una mezcla de alegría y nerviosismo, en especial su madre, la señora Inés, quien, momentos antes de la ordenación, manifestó sentimientos encontrados: por una parte la alegría de entregar un hijo al Señor, y por otra, la tristeza de no contar con la presencia de Orlando -padre de Miguel- quien partió a la casa del Señor tras una dura enfermedad a fines de los años 90.

Dios te amó primero

Con los primeros sones de los cantos de sus hermanos posnovicios, entraron al gimnasio los presbíteros y obispos: Monseñor Héctor Vargas; el Obispo de San Felipe Monseñor Cristian Contreras: el Inspector de la Congregación Salesiana, padre Natale Vitali; el Director de la Obra de Catemu, padre Néstor Muñoz; el Párroco de la Parroquia San José de Catemu, padre Bernardo Venegas, y una cincuentena de sacerdotes y diáconos salesianos provenientes de las comunidades del país.

En el altar destacaba el lema sacerdotal del Padre Miguel: “Hay más felicidad en dar que en recibir”, tomado el los Hechos de los Apóstoles 20, 35. La Ceremonia estuvo llena de alegría y emociones, y las palabras de de Monseñor Vargas en su homilía lograron tocar al ordenando, quien escuchaba atentamente.

“Querido hijo -señaló el Obispo- recuerda que nos has sido tú quien escogió al Maestro. Fue Cristo quien te eligió. Por otra parte, tu no has sido convocado al sacerdocio para hacer cosas y cumplir diversas funciones, sino que –en primer lugar y ante todo- has sido llamado para Alguien, elegido para vincularte íntimamente con la persona del Señor. Jesús te ha elegido para estar con Él, para que lo sigas en la finalidad ‘de ser signo y presencia de Él’ y así formar parte de los suyos”.

En su mensaje, el Obispo también incluyó para el padre Miguel una palabra de esperanza: “En la tristeza y la soledad, la desilusión o el sufrimiento, que sin duda también acompañarán tu vida y ministerio sacerdotal, no debes olvidar que Dios es amor. Él te ha amado primero y seguirá amándote primero. Es por ello que siempre deberás tener la certeza de ser amado y de vivir cada día sostenido y guiado por la mano del Padre”.

En relación a su carisma salesiano, el Obispo Vargas señaló: “Por medio de tu vida y ministerio sacerdotal salesiano, deberás, mediante el anuncio del Evangelio de la vida, conducir a los jóvenes al encuentro y a la relación personal con Jesucristo, en el que encontrarán el modelo, el camino y la energía para una vida humana plena. Como afirma el Rector Mayor en su reciente aguinaldo, no ha sido nunca tan urgente como hoy la evangelización, el anuncio de Jesús, frente a un mundo que exalta modelos engañosos y seductores, que no dan ni logran dar un sentido a la vida”.

Luego del saludo y el abrazo de todos sus hermanos salesianos y de su familia, la celebración finalizó con un animado almuerzo en los comedores de la obra de Catemu. En tanto el padre Miguel, celebró su primera Eucaristía en la Parroquia San José de Catemu el domingo 25 en la mañana.