Diez educadores de la Fundación Programa Don Bosco se perfeccionan en la enseñanza universitaria

“Aún no lo puedo creer”. Así de enfático es Luis Jaña, educador de la Fundación Programa Don Bosco Vida Compartida, que junto a otros nueve educadores ingresó, el jueves 15 de marzo, a estudiar la carrera Técnico Universitario en Educación Social (nuevo programa de estudios de la Universidad Católica Silva Henríquez), de manera de perfeccionarse en miras al trabajo que realizan con los jóvenes de la calle.

“Todavía no asimilo bien el haber entrado a la Universidad; nunca lo imaginé, le agradezco a la Fundación, me enorgullece esto, les doy las gracias por haberme tendido la mano cuando nadie lo hacía”, manifestó Luis, que a sus 39 años y luego de concluir el 2000 su proceso de rehabilitación, se le abre la posibilidad de cursar estudios superiores.

Los diez educadores pertenecen a las áreas de Prevención, Rehabilitación y Niños de Calle, de los cuales dos han hecho procesos de rehabilitación por consumo de drogas. Las asignaturas que cursarán son diversas y les permitirán adquirir nuevas herramientas para mejorar sus procesos socioeducativos, en contextos de exclusión, vulnerabilidad y riesgo social.

El financiamiento está dado por becas externas, aportes de la Fundación y por el propio dinero de los alumnos, lo que compromete aún más a los educadores con este nuevo desafío.

Los integrantes de la fundación miran este importante acontecimiento en el contexto del año que ya ha pasado del fallecimiento del padre Rodrigo Carranza, sacerdote incansable en la intención de formar profesionalmente a los educadores de la Fundación y en la proyección de que la experiencia de encuentro con los niños y jóvenes más pobres del país se traduzca en conocimiento y aporte para quienes trabajan en ámbitos de exclusión social.