“Para que brille la sublime dignidad de los hijos de Dios”

La comunidad de Concepción siente un gran cariño por su nuevo Arzobispo, y así lo manifestó en el recibimiento realizado en la Cruz Monumental. Monseñor Ricardo Ezzati fue recibido por las máximas autoridades regionales en una ceremonia realizada al aire libre y llena de colorido. Al agradecer las palabras de la Intendenta María Soledad Tohá, quien en su bienvenida lo describió como “uno de los hijos más queridos de la Región”, el nuevo Arzobispo envió un mensaje de esperanza y cercanía a la comunidad. “Llego a esta región como Obispo, padre, pastor de quienes creen en Jesucristo y pertenecen a la Iglesia Católica- dijo el prelado-, pero al mismo tiempo llego como un hermano y amigo, de todos, deseando encarnar la solicitud del padre Dios para con todos sus hijos.”

“Como respuesta a esta bienvenida que me brindan –señaló- desde estos mismos momentos me comprometo a ser míos los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias, los anhelos y los desafíos de esta gente y de cada uno de ustedes. Mi propósito, mi anhelo más ferviente es estar cerca de cada uno de ustedes, de compartir con quienes sufren y trabajan por mejorar las condiciones de vida, para que en el rostro de cada persona brille la sublime dignidad de los hijos de Dios.”

Junto a las autoridades

En su mensaje a la comunidad, Monseñor Ricardo Ezzati también manifestó su intención de contribuir con las autoridades políticas, por el bien de la comunidad: “Me comprometo también- dijo el Arzobispo- a acompañar a quienes ejercen la tarea de servicio público y buscar trabajar con empeño por el bien común, atendiendo especialmente a los más pobres y necesitados. Guiaré como corresponde a un pastor de la Iglesia, más allá de todo compromiso partidista. Realmente lo único que me interesa es la vida abundante de cada persona y de todas las familias.”

El prelado destacó que esta intención pastoral de ayudar a las autoridades en el bien común, más allá de ser un actitud propia de un sacerdote, la adquirió en su formación salesiana: “De mi padre espiritual San Juan Bosco he aprendido que la política propia de un sacerdote, es la política del Padre Nuestro, es decir buscar una justicia, buscar los bienes culturales y materiales, buscar que todo esto llegue a ser patrimonio en comunión y en solidaridad, justamente porque todos somos hijos de Dios. En esta tarea autoridades, encontrarán también la compañía atenta de este Obispo.”

A la imagen del Buen Pastor

La imagen del Buen Pastor, tan apreciada por Don Bosco, también estuvo presente en el mensaje de Monseñor Ezzati: “Al iniciar el ministerio episcopal en la sede de la Santísima Concepción, deseo manifestar que con la gracia de Dios buscaré mantener abiertas las puertas de mi corazón para todos, buscaré como me lo pide la Iglesia, ser imagen del Padre que es nuestro Padre y ofrecerme con las actitudes del Buen Pastor que acoge, comprende y acompaña y si es necesario carga sobre sus hombros a quienes más necesitan.”

Agregó el nuevo Arzobispo que: “Con confianza pido al Señor y a la Santísima Virgen, me concedan la gracia y audacia de golpear el corazón de quienes desde este día son la razón de mi vida y de mi servicio pastoral de obispo, sé que a diferencia de las puertas de las casas, que se abren desde afuera, la puerta del corazón sólo se abre desde adentro, desde la libertad del amor, desde la confianza y la certeza de que quien golpea la puerta es un amigo cercano y querido, alguien que quiere ofrecer motivos de esperanza y de sentido, en mi labor evangelizadora, con respeto y discreción, no dejaré de golpear a la puerta de todos, para que el hombre y la mujer de esta tierra se atrevan a abrir de par en par las puertas de sus vidas a la gracia salvadora del Señor.”

Finalmente Monseñor Ezzati agradeció la presencia de la comunidad que se congregó a recibirlo: “Gracias a todos ustedes, gracias a los jóvenes, a los niños, gracias a los adultos de las comunidades y a los sacerdotes, gracias por ofrecerme las llaves de su corazón, gracias quienes me permitirán golpear a las puertas de sus conciencias de sus búsquedas humanas y espirituales, de sus inquietudes y esperanzas de su sed de Dios, gracias a quienes abrirán los horizontes de sus vidas a Jesucristo, único camino, única verdad y vida plena para todos.”

“Que Dios y la Santísima Virgen inspiren y acompañen nuestro caminar, bendigan a las autoridades y permitan que cada uno de nosotros podamos ser de verdad una familia de hermanos y de amigos”, finalizó el prelado.