Parte a la morada celestial el padre Raúl Zúñiga Pastrián

A las 10 de la mañana del domingo 25 de febrero, partió a la morada celestial, a los 67 años de edad, el sacerdote salesiano Raúl Zúñiga Pastrián. Un cáncer pulmonar detectado al inicio de 2006 le comenzó a preparar para vivir su última pascua, pasando sus últimos días en la Comunidad Felipe Rinaldi de Macul. La misa funeral se celebrará el lunes 26 a las 14.30 hrs. en el Colegio El Patrocinio de San José.

Breve reseña

El padre Raúl nació el 9 de septiembre de 1939 en Talagante. Realizó el noviciado en Quilpué en 1959. Su primera profesión la efectuó en 1960 y fue ordenado sacerdote por el Papa Paulo VI en 1968 en Bogotá (Colombia) junto a los sacerdotes José Carraro y Alfredo Osorio (ya fallecido), al inicio de la Conferencia Episcopal de Medellín.

Estuvo al servicio de la Inspectoría por varios años en el trabajo del Boletín Salesiano, en el “En Familia” y labores de la Editorial Don Bosco. Fue un gran amante de la naturaleza desde el punto de vista científico y desde la aventura, y así también de la fotografía, lo que le permitió aportar en varios aspectos comunicacionales.

Antes de su partida recibió nuevamente el Sacramento de la Unción de los enfermos el sábado 24 de febrero.

Testimonios

A continuación los testimonios del padre Inspector Natale Vitali y el padre Obispo de Punta Arenas Monseñor Bernardo Bastres, respecto del padre Raúl:

P. Natale Vitali

Quiero destacar tres aspectos del P. Raúl:

Trabajo y Templanza
Era austero en el vestir, comer y muy trabajador. Amante de la naturaleza: quien no recuerda los paseos de Tinguiririca, la subida al Volcán…
Esa austeridad parecía que la usaba también con los demás. No era fácil abordarlo. Agudo en las tallas, irónico. Pero cuando uno entraba en su corazón descubría un alma de niño. Amante de su familia, de su gente, le gustaba jugar con sus sobrinos. Muy trabajador, fiel a sus compromisos diarios de oración y trabajo.

Catequista
Por muchos años trabajó en el Equipo de Catequesis Inspectorial y ahora, fiel hasta al final, estaba trabajando en los nuevos textos de Catequesis de Educación Básica, según los nuevos planes y programas. Detallistas y entusiasta: le dedicaba muchas horas diarias a pesar que la enfermedad le estaba ganando.

Enfermedad
Desde el comienzo aceptó la enfermedad. En las veces que tocamos el tema me dio una lección muy grande: “acepto lo que el Señor me dio”. Sin quejarse, sabiendo que aún podía dar mucho en su trabajo.

Monseñor Bastres

Posee el P. Raúl una personalidad peculiar. Por una parte es tímido y debe hacer un esfuerzo por enfrentar a nuevas personas y grupos; esto lo hace aparecer algo callado, reservado y algo impenetrable.

Por otro lado, una vez que se encuentra en confianza y aceptado, es bueno para compartir, reír, servir y hacer que todos se sientan en un ambiente agradable y fraterno. Me llamó la atención el cariño y la bondad que expresa hacia sus sobrinos, como organiza sus encuentros con ellos, como busca películas y lugares para que vayan conociendo y abriendo sus horizontes culturales. Es un “tío” consentidor, querendón.

Una personalidad, que no desea ser centro de atención, más bien le gusta pasar inadvertido, no molestar y menos llamar la atención.

Es un hombre muy constante y responsable, hemos podido apreciar que una vez entregado un encargo o trabajo a nivel inspectorial, una vez que entienda de lo que se trata, comienza a realizarlo en forma perseverante y coloca en ello lo mejor de sí mismo.

De regular horario diario, semanal y mensual. Cuando puede se escapa a la Cordillera, para poder pescar, cazar y caminar. Parece ser que en la Montaña se encuentra en sus anchas, allí he sido testigo de sus aventuras, de su querer introducir a la gente joven en su amor a la naturaleza.

Hombre bueno para el ejercicio físico, para realizar grandes caminatas, ojalá éstas en situaciones de dificultad.

Como sacerdote, ha colaborado varios años de forma sistemática en la Pastoral del Cerro San Cristóbal, en el Santuario de la Inmaculada Concepción. Allí, Domingo a Domingo y las fiestas Marianas, llegaba temprano en la mañana para colocarse al servicio de los peregrinos. Pocas veces concelebró en la Eucaristía principal, más bien le gusta dedicarse a confesar y celebrar aquellas Eucaristía donde el ambiente sea más reservado, alejado de la prensa y del bullicio.

Durante su vida de salesiano, realizó esfuerzo por mantenerse al día en su formación pastoral, de hecho comenzó a trabajar en la Catequesis y la comunicación social, sin gran preparación y poco a poco fue especializándose y recibiendo la capacitación necesaria.

Inquieto intelectualmente, bueno para leer y confrontar su pensamiento e ideas. Se mantiene al día sobre lo que sucede y esta al tanto de los debates existentes.