Los salesianos de Don Bosco han sido reconocidos como Consultores Oficiales del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), órgano consultivo y de coordinación de la actividad económica y social de ONU y de las distintas organizaciones relacionadas.
Está compuesto por 54 miembros nombrados por tres años y entre sus incumbencias están la programación del desarrollo económico y la asistencia técnica y financiera a los países menos desarrollados; y la promoción de estudios y de informes sobre cuestiones económicas, sociales, culturales y sanitarias. Trabaja mediante múltiples comisiones funcionales y cuatro comisiones económicas: para Europa (ECE), Asia y Extremo Oriente (ECAFE), América Latina (ECLA) y África (ECA).
El reconocimiento para los salesianos se concretó el 22 de enero y se realizó gracias a la recomendación del Comité de ECOSOC de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Fueron dos años gestionando la solicitud los propios salesianos, y hoy concretada les permitirá colaborar con los demás estados miembros para promover el bien común, sobre todo en favor de los jóvenes y de los pobres. La representación oficial quedó en La Procura Misionera de New Rochelle, en la persona del padre Thomas Brennan, quien ha luchado para obtener este reconocimiento junto a Miguel Rimarachin, miembro de la ONU.
El Rector Mayor padre Pascual Chávez, apenas recibió la noticia se puso en contacto con el padre Brennan diciéndole: “Para nosotros es una gran oportunidad estar presentes en la ONU con una mirada puesta, como hizo don Bosco, en la gloria de Dios y en la salvación de los jóvenes. Pienso que es también un éxito el hecho de haber sido reconocidos en cuanto “salesianos”. Ahora debemos encontrar el modo de trabajar en sinergia con las otras congregaciones presentes en esa misma organización mundial”.
El padre Brennan agradeciendo, a su vez, al Rector Mayor ha escrito: “Ahora es cuando realmente comienza el trabajo”.
De esta forma los salesianos pueden ser todavía más la voz de quienes no tienen voz y presentar las necesidades de los muchachos y de los jóvenes, sobre todo de los más pobres, para quienes están llamados a programar soluciones internacionales.
