Según un estudio epidemiológico que desarrolla la Universidad de Chile desde 1997 en la localidad de san Francisco de Mostazal, VI Región, la salud y calidad de vida de la gente está más determinada por el nivel de educación que por el nivel de ingreso.
Elard Kocc, kinesiólogo a cargo de la investigación, explica que luego de analizar distintos factores y compararlos con el nivel socioeconómico se dieron cuenta que las personas con menor nivel de ingresos tenían 23% más de riesgo de morir a causa de enfermedades crónicas. Pero este porcentaje sube aún más al analizar sólo la incidencia de la educación en la salud de las personas.
Las personas con bajo nivel de educación tienen 54% más riesgo de fallecer por enfermedades crónicas que quienes han accedido al nivel superior. Y las expectativas de vida de los que sólo cursaron la educación básica es, al menos, 10 por ciento menor que la de los con mayor nivel de estudios.
“Esto significa que el nivel de educación es más relevante que el nivel de ingreso, siendo un mejor indicador para evaluar la relación entre la posición socioeconómica y riesgo para la salud entre los chilenos”, dice el experto.
Agrega que en el estudio no se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres, pero sí en cuanto a edad y escolaridad, ya que las generaciones de adultos con edades entre 50 y 70 años tenían, en promedio, sólo entre cuatro y siete años de educación formal. “Aquí hay pruebas científicas que muestran que si intervenimos sobre el nivel de educación vamos a mejorar las expectativas y la calidad de vida”, señala Koch.
Esta investigación ha obtenido siete distinciones, la última en diciembre de 2006, en el Congreso Chileno de Cardiología, donde se presentaron los resultados de esta etapa del estudio.