Según un informe del Instituto de Política Familiar (IPF) con sede en Madrid, el 2006 arrojó un balance gravemente negativo para la familia en España, a pesar de las promesas electorales hechas por el gobierno socialista.
“El balance de la actual política familiar en España en el año 2006 se puede considerar muy negativo para la familia ya que se ha producido un agravamiento de los indicadores familiares y persiste no solo el que España continúe siendo el país de la Unión Europea que menos ayude a la familia sino que además, el incumplimiento sistemático de muchas de las promesas electorales para la familia”, señaló Eduardo Hertfelder, Presidente del IPF.
El IPF resumió la grave situación de la familia en los siguientes indicadores:
– La tasa de nupcialidad está en el nivel más bajo de los últimos 25 años a pesar del incremento poblacional en este periodo (4,82 en el 2005 frente al 5.88 de 1980).
– Se incrementó el número de divorcios: 149.255 rupturas en el 2005 y con unas previsiones de superar los 170.000 rupturas en el 2006; lo que supondría un incremento de más del 14% con respecto al año anterior.
– La tasa de fecundidad en España en el 2005 fue de 1,34 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2,1)
– El número de abortos se incrementó: 84.985 abortos en el 2004 y unas previsiones de más de 95.000 abortos en el 2005 representa un incremento del 11,7% con respecto al año anterior.
Hertfelder advirtió que la Unión Europea dedica un 333% más de presupuesto que España – que tan solo invierte el 0,52% de su PIB- en promover a la familia.
“En efecto, el incumplimiento o retraso por el Gobierno de la inmensa mayoría de las promesas electorales ha sido uno de los denominadores comunes del año 2006 que termina”, explica el informe del IPF.
“Todo ello está provocando que la familia en el 2006 haya sido la gran abandonada aumentando la divergencia con el resto de Europa, en lo que se refiere a ayudas a la familia, por la falta de voluntad política de un Ejecutivo que ha ignorado sus propias promesas electorales. El 2006, ha sido, en definitivo, un año regresivo para la familia”, concluye Hertfelder.