Detrás de la oposición a los símbolos de la Navidad está la mentalidad laicista, y no el Islam, que incluso honra este misterio cristiano, explicó ante Benedicto XVI y sus colaboradores de la Curia, el padre Raniero Cantalamessa, OFMCap.
El predicador de la Casa Pontificia analizó el “escarnio cultural, o al menos intento de marginación, de las creencias religiosas”, que tiene lugar, particularmente en países occidentales, y citó como ejemplo “la campaña puesta en marcha en varios países y ciudades de Europa contra los símbolos religiosos de la Navidad”.
“Se aduce frecuentemente como motivo -señaló- el deseo de no ofender a las personas de otras religiones que viven entre nosotros, sobre todo a los musulmanes”.
“Pero es un pretexto -denunció-. En realidad es un determinado mundo laicista el que no quiere estos símbolos, y no los musulmanes. Ellos no tienen nada contra la Navidad cristiana, que incluso honran”.
“Hemos llegado al absurdo -aseveró- de que muchos musulmanes celebran el nacimiento de Jesús, desean el Pesebre en casa y llegan a decir que ‘no es musulmán quien no cree en el nacimiento milagroso de Jesús’, mientras que otros, que se dicen cristianos, quieren hacer de la Navidad una fiesta invernal, poblada sólo de renos y ositos”.
El padre Cantalamessa recordó la Sura del Corán en la que se habla de la Anunciación y citó un artículo publicado por Magdi Allan, periodista musulmán, subdirector del ‘Corriere della Sera’ (el diario de mayor tirada en Italia), el 18 de diciembre de 2006 con el título “Los musulmanes decimos sí al Pesebre”.
“La Navidad -explicaba el editorialista- une a cristianos y musulmanes. Para el Islam la figura de Jesús y la de María son importantísimas y recordadas en varias ocasiones en el mismo Corán. Por tanto, no veo por qué los niños musulmanes no puedan cantar los villancicos”.+