Con una celebración de Acción de Gracias por los días vividos y el trabajo realizado, presidida por el Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Cavalli, se dio término al Primer Congreso Nacional de Educación Católica, organizado por el Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile y realizado en las dependencias del colegio Salesianos de Alameda.
Monseñor Héctor Vargas, Obispo de Arica y Presidente del Área organizadora, en su mensaje de despedida, agradeció en primer lugar al Director Ejecutivo del encuentro, Padre Daniel Lescot sdb, a su equipo y a todos los integrantes de la Comisión preparatoria, a los integrantes del área Educación de la CECh y muy especialmente a los vicarios de educación de la diócesis.
El Obispo agregó que, esta iniciativa que surgió de los Obispos hace un año y medio atrás, resultó ser algo profético. “Yo diría que en estos días de Congreso, por el ambiente, por el clima, por el intercambio, por la sugerencias y propuestas, podemos decir que en realidad hemos venido viviendo una suerte de Pentecostés de la Educación Católica. El Señor nos ha animado, su Santo Espíritu nos ha venido conduciendo, el tema es ahora…a dónde nos quiere llevar?”, señaló Monseñor Vargas.
Agregó el Obispo que cuando se inician actividades como ésta se sabe cómo se parte pero no se sabe dónde va a terminar: “al ver algunos primero trabajos de los grupos y algunas síntesis de las conclusiones, las propuestas que van surgiendo de organizaciones estudiantiles, se nota que viene una tarea bastante grande, y tendremos que ver cómo hacernos cargo de todas estas esperanzas, que son para el bien no solamente de la educación católica, sino que para todo Chile”.
Evaluación positiva
El Director Ejecutivo del Congreso, Padre Daniel Lescot sdb, hizo una positiva evaluación de los tres días de trabajo: “los tres grandes objetivos se lograron con alta eficiencia: el propósito de realizar un encuentro de la Educación Católica de Chile, está representado con participantes venidos desde Arica a Magallanes. Muy buena representaciones, con muy buen espíritu, realmente ha sido un momento muy fraterno”.
“En segundo lugar – agregó el P. Lescot- se ha profundizado con mucha intensidad los elementos de la identidad católica, que nos invita a ofrecer al mundo de la educación con mayor claridad la persona de Jesucristo, con proyectos educativos, con currículos evangelizadores, que efectivamente lo interiorizan”.
“Y en tercer lugar- finalizó- la posibilidad de dar también una respuesta concreta al momento coyuntural que vive la educación en Chile. La declaración que se ha sacado como una primera conclusión de este Congreso, habla claramente del reconocimiento de las fortalezas, también de nuestra debilidades pero por sobre todo de los compromisos. El compromiso a seguir trabajando por una educación de calidad que sea inclusiva, que esté orientada hacia los sectores más populares, hacia el sector de los jóvenes pobres y que permita ir superando estos temas de inequidad que son bastante permanentes es nuestra sociedad chilena”.
En relación a la conclusiones finales y su difusión, el Director Ejecutivo del Congreso señaló que ahora viene un “poscongreso”, donde un equipo que va a procesar el trabajo realizado por cada uno de los grupos: “esperamos tener estas líneas orientadoras al menos alrededor del mes del diciembre, de manera tal de entregárselas a los obispos y ellos lo asumirán como un insumo para la elaboración de una carta pastoral sobre la educación en Chile”.