Como es tradicional por estas fechas, el Santo Padre recibió hoy en el Palacio Apostólico Castelgandolfo a un grupo de obispos de diferentes países nombrados en el último año, que participan en un encuentro en Roma.
Entre estos pastores se contaban el Obispo de Chillán, Mons. Carlos Pellegrin, y el Obispo de Punta Arenas, Mons. Bernardo Bastres.
En la oportunidad, el Papa pidió a los obispos que, “siguiendo el ejemplo de Cristo”, al atender cotidianamente a su rebaño, se hicieran, parafraseando a San Pablo, “todo para todos”, “proponiendo la verdad de la fe, celebrando los sacramentos de nuestra santificación y testimoniando la caridad del Señor. Acoged con ánimo abierto a quienes llaman a vuestra puerta: aconsejadles, consoladles y sostenedles en el camino de Dios”.
“Tened esta solicitud en primer lugar -continuó- con los sacerdotes. Actuad siempre con ellos como padres y hermanos mayores que saben escuchar, acoger, consolar y cuando sea necesario, incluso corregir”.
Benedicto XVI recordó a los obispos que, en virtud del oficio de gobernar, estaban llamados a “juzgar y disciplinar la vida del Pueblo de Dios confiado a sus atenciones pastorales con leyes, indicaciones y sugerencias, según lo previsto por la disciplina universal de la Iglesia”. En este sentido dijo que “este derecho y deber del obispo es más importante que nunca para que la comunidad diocesana esté unida y viva en profunda comunión de fe, de amor y de disciplina con el Obispo de Roma y con toda la Iglesia. (…) Que construir la comunión eclesial -afirmó- sea vuestro compromiso cotidiano”.
“La serenidad en las relaciones, la finura en el trato y la sencillez de la vida son dotes que, sin duda, enriquecen la personalidad humana del obispo. (…) El don total de vosotros mismos -añadió-, que exige el cuidado del rebaño del Señor, necesita apoyarse en una intensa vida espiritual, alimentada por una oración personal y comunitaria asidua”.
El Papa pidió a los prelados que sus jornadas se caracterizasen por “un constante contacto con Dios. Vivir en unión íntima con Cristo os ayudará a alcanzar el equilibrio necesario entre el recogimiento interior y el esfuerzo exigido por las múltiples ocupaciones de la vida, evitando caer en un activismo exagerado”.
“Siguiendo a Cristo, el Pastor y Obispo de vuestras almas -terminó- os sentiréis impulsados a tender a la santidad sin cansaros, que es el objetivo fundamental de la existencia de cada cristiano”.
Fuente: Servicio Informativo Vaticano