En una actitud de servicio y apoyo a la Iglesia local, jóvenes pertenecientes a Clubes Domingo Savio y Comunidades de Vida Apostólica Salesiana animaron la segunda estación de la Décimo Quinta Caminata de la Solidaridad, actividad realizada el sábado 26 de agosto en Santiago y que fue organizada por la Vicaría de la Esperanza Joven en colaboración con la Fundación Padre Hurtado.
El trayecto constó de ocho km., desde la Estación Mapocho hasta el Santuario Padre Hurtado y fue recorrido por cerca de 40 mil personas. Uno de los puntos considerados estratégicos por los organizadores fue la intersección entre Avenida Ricardo Cummig y Alameda, lugar donde se encuentra la obra Salesianos Alameda. Justo allí, en las afueras del Santuario María Auxiliadora, fue montado un gran escenario lleno de colorido en el cual jóvenes de los CDS, CAS, más salesianos en formación, entregaron su canto, ánimo y la alegría salesiana a los miles de peregrinos. La estación contó también con la participación del Asesor Nacional del MJS, P. Juan Bustamante y el Delegado de Pastoral Juvenil P. Hugo Strahsburger.
El lema de la estación fue: “Ser católico es ser social”, aludiendo al compromiso de los cristianos en los deberes con la sociedad. Durante la misma los peregrinos fueron invitados a poner su huella en paneles dispuestos especialmente, a modo de signo que representa el compromiso con la Iglesia y los más pobres.
Según contó la asesora de los CDS Ema González, este es el cuarto año que el MJS participa de esta actividad, lo cual consideran como algo muy positivo, pues se anima a los jóvenes salesianos a participar dentro de la Iglesia local.
Luego de recorrer las calles Balmaceda, Ricardo Cumming, Alameda y General Velásquez, los peregrinos llegaron al frontis del Santuario de San Alberto Hurtado. Allí pudieron visitar la cripta del Santo y disfrutar de un acto artístico. La Caminata culminó con la celebración de una liturgia presidida por el Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz y el Vicario de la Esperanza Joven, Padre Galo Fernández.