Segunda etapa de Mechoneo Solidario en la Universidad Católica Silva Henríquez

Más de 300 estudiantes de primer año de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH) de Santiago participarán el viernes 4 de agosto en la jornada denominada Mechoneo Solidario que ha caracterizado un nuevo estilo de dar la bienvenida a los jóvenes que por primera vez se integran a un plantel de Educación Superior.

Esta actividad es la segunda fase del Mechoneo Solidario que los jóvenes realizaron en marzo y que tiene por objetivo aportar de una manera creativa y solidaria para dar un matiz muy diferente a lo que han sido hasta ahora las agresivas bienvenidas que deben soportar los jóvenes que ingresan por primera vez a la universidad.

Esta vez los jóvenes de la casa salesiana de estudios superiores llegarán hasta el Complejo Asistencial Doctor Sótero del Río para desarrollar diversas tareas, entre ellas, una jornada recreativa en la Escuela Oncológica y a la cual asisten unos 60 niños crónicos (en su mayoría con cáncer o enfermedades respiratorias oxigeno-dependientes de por vida). Es una de las primeras escuelas hospitalarias que se crearon en Chile y que cuenta con reconocimiento del Ministerio de Educación. La idea es aportar con alegría, disfraces, juegos y entretención para crear una mañana mágica e inolvidable. Esta actividad se iniciará alrededor de las 10.00 horas y se prolongará hasta el mediodía.

Por la tarde, cerca de las 14.30 horas, los estudiantes se repartirán por distintos lugares del centro hospitalario para labores de limpieza, recuperación de espacios y realización de murales que plasmen en el recuerdo colectivo esta especial jornada.

La actividad es organizada y coordinada conjuntamente por el Consejo de Presidentes y Estudiantes de la Universidad Católica Silva Henríquez y la Vicerrectoría Académica.

Experiencia Gratificante

La doctora Nelly Baeza Tapia, encargada del Ara de Participación del Servicio de Salud Oriente de la Región Metropolitana, destacó la importancia de la actividad impulsada por la UCSH y sus estudiantes, una labor que “convierte el olor a vinagre, los tomates podridos y otras cosas malolientes en ayuda solidaria que va en beneficio directo de las personas”.

“Es extraordinario que la universidad haya querido vincularse con nosotros, porque ha quedado demostrado que su vinculación con el medio no es sólo con el ámbito educacional, sino también con otras áreas, como la nuestra: salud”.

Sostuvo que acciones como estas deberían ser imitadas, pues así se contribuye sinergicamente para ir en ayuda de toda la comunidad. Eso es precisamente, dijo, lo que harán los estudiantes de la UCSH al iluminar con alegría, con solidaridad, con arte, con murales nuevos un lugar donde generalmente hay tristeza. “Es una experiencia gratificante para ambas partes, también para los jóvenes”.

Marcelo Palominos, coordinador del Área estudiantes de la Vicerrectoría Académica, explicó que esta iniciativa germinó al interior del mundo estudiantil y poco a poco fue cobrando fuerza y proyección, con respaldo de la Vicerrectoría Académica. De esa forma finalmente se logró humanizar la bienvenida y volcar la vocación de servicio, de solidaridad y capacidad de altruismo de los jóvenes.

Explicó que la continuidad de esta actividad apuntaba a involucrar a todos los estudiantes y llevarlos a un mismo lugar, donde pudieran trabajar tras un mismo objetivo. “A través del Departamento de Humanidades y Educación Media se hicieron los contactos con el Complejo Asistencial Sótero del Río, donde se trabaja, entre otros, el tema intercultural y hay una importante labor con los niños que presentan enfermedades crónicas. Estas áreas permiten a nuestros estudiantes visualizar que hay otras instancias en las cuales pueden intervenir desde su profesión y plasmar en obras concretas los valores institucionales de nuestra Universidad”, acotó.