Experiencia del sacerdote misionero salesiano P. Heriberto Cabrera

El 17 de julio de este año llegó a Chile procedente de la Isla de Madagascar el sacerdote chileno P. Heriberto Cabrera sdb. Una vez en suelo nacional, su destino inmediato fue el Hospital Clínico de la Universidad Católica producto de un aparente cuadro de malaria. Lo cierto es que durante los tres días de viaje para llegar a Santiago tuvo que lidiar con la fiebre y fuertes dolores de cabeza. Luego de algunos cuidados y exámenes logró recuperarse, y tras encontrase con sus padres y hermanas en Quilpue se dio tiempo para conversar con el equipo del Área de Comunicación de la Inspectoría para narrar parte de lo que ha sido su experiencia de misión.

Cuenta que es primera vez que es entrevistado acerca de su experiencia en la Isla. En poca de más de una hora de conversación se intentó hacer un breve recorrido de sus años sirviendo al Señor entre los más pobres. Si bien resulta difícil elaborar una síntesis, he aquí parte de aquella conversación.

La Isla

Según relata el Padre Heriberto, de los cerca de 16 millones de personas que habitan la Isla de Madagascar, más del 70% vive bajo el nivel de pobreza y más del 40 es analfabeta. La cantidad de católicos asciende al 25%. Cuenta que la cultura de la gente (malgache) tiene una tradicional oral muy fuerte, que da la sensación de que todo el mundo se conoce. Además señala que la mentalidad está muy ligada al idioma, del tipo oriental, donde le dan importancia al valor de las buenas relaciones entre las personas y la solidaridad. Le dan valor también a la vida y el espíritu, los cuales son entendidos por ellos en relación a la naturaleza. Comenta además que la gente practica la denominada religión tradicional, en la que creen en la presencia de los muertos o ancestros y practican ciertos ritos.

Respecto de la malaria, indica que contraerla es bastante común, tanto como un resfrío. Actualmente reside en Tulear, pueblo al Sur de la Isla. Durante cinco años residió en la capital: Antananarivo, distante a unos 1000 kilómetros, lugar donde trabajó con niños de la calle. En un principio una de las cosas más complicadas fue aprender el idioma, pero que con el tiempo ha logrado dominar. Incluso ha escrito ya seis libros sobre temas relacionados con los jóvenes. La presencia salesiana posee 11 obras a lo largo de la Isla.

¿Cómo surge su vocación para la vida religiosa salesiana y para la misión?

“Es algo que se siente en el corazón que Dios te pide y que se va haciendo cada vez más insistente. Uno se va dando cuenta que no que viene de uno. Como muchos procesos vocacionales yo traté de correrme, me tiré para atrás, pero después volví. Los salesianos tuvieron paciencia conmigo. El Padre Jorge Rivera estaba a cargo cuando entré al Prenoviciado. Junto con los demás formadores supieron ayudarnos, había un buen clima para progresar poco a poco”.

Respecto de la ir a un lugar en misión, el P. Heriberto señala que nunca había pensado salir de Chile, sin embargo, en el noviciado comenzó a concebir la idea de ir a un lugar en misión. Cuenta que el entonces Inspector P. Alfredo Videla le ayudó para lograr partir antes de su ordenación sacerdotal, luego de que dos solicitudes fueran denegadas. Otro aspecto que destaca en su decisión fue el acento social que le tocó vivir en Chile en los años 70 y 80.

¿Cuál es el servicio realiza hoy en Madagascar?

“En este momento trabajo en un seminario, pero un seminario diocesano (como director de comunidad). Una comunidad salesiana se ocupa de atenderlo. Es el primer año, el cual se llama Propedéutico, donde se coloca la base de la vida espiritual y se hace el discernimiento. El año pasado eran 32 seminaristas procedentes de nueve diócesis. Este es mi tercer año allí. Otro trabajo que hago en la diócesis –asemejándolo a la realidad chilena- sería como el vicario episcopal para las religiosas. En esto veo los retiros, represento en algunos casos al Obispo cuando hay celebraciones o problemas que la gente desea presentar. Además de eso predico retiros, acompaño a muchas personas espiritualmente”.

El P. Heriberto señala que lo más complicado del seminario es el discernimiento de los jóvenes, porque hay varias cosas que influyen en ellos, como la pobreza, la fe sin raíces profundas, el sistema educativo deficiente, las situaciones familiares complicadas, etc.

Reseña Biográfica

Nació en Valparaíso el 14 de diciembre de 1966. Hijo de Heriberto y Rosa, matrimonio creyente que lo apoyó en su decisión de entrar al seminario y de partir en misión. Tiene dos hermanas, una de las cuales pudo viajar hasta Madagascar. Oriundo de Valparaíso, ingresó en Octavo Básico al colegio salesiano de la ciudad porteña donde cursó Mecánica Automotriz. Comenzó el proceso de discernimiento invitado por el P. Leonardo Santibáñez a vivir la experiencia Cambusca.

Realizó sus primeros votos salesianos en 1988 y efectuó su Tirocinio en el Liceo Don Bosco de Punta Arenas. A su regreso de la experiencia prestó servicios durante medio año en el Noviciado. En tres oportunidades solicitó irse en misión antes de su ordenación sacerdotal, hasta que finalmente fue aceptado en 1991.

Fue ordenado sacerdote el 6 de julio de 1996 en Valparaíso, por imposición de manos del Obispo Auxiliar de la Diócesis en aquel entonces, Monseñor Juan Barros Madrid. Desde 1991 se encuentra trabajando en tierras misioneras. Estudió en Europa una especialización en Pastoral y Catequesis, curso dictado por profesores africanos que le permitió despertar una sensibilidad hacia la cultura malgache. Hace algunos años recibió un premio del gobierno local por haber escrito un importante libro sobre la juventud en lengua malgache.