Programa radial Melgando, del INPRU, recibirá Premio ARCA 2006

El programa radial “MELGANDO”, producción del Instituto Pastoral Rural INPRU, será galardonado en agosto con el Premio ARCA 2006, que anualmente concede la Asociación de Radiodifusoras Católicas de Chile ARCA.

“MELGANDO”, que surgió hace 23 años como un espacio de reflexión y diálogo para jóvenes campesinos del país, es actualmente transmitido por 165 radioemisoras.

A través de esta distinción, los radiodifusores católicos chilenos quieren reconocer en este programa una abnegada experiencia de Evangelización, inserta en la pastoral de la Iglesia, atenta a los signos de los tiempos y audaz en la utilización de las singulares posibilidades del medio radial, que tanta confianza despierta en la población.

“La historia de varias generaciones de católicos en Chile está ligada a Melgando. Sabemos de la huella que ha dejado no sólo en la juventud rural sino en miles y miles de auditores que semanalmente reflexionan sobre contenidos importantes para su diario vivir”, manifestó el P. Mauricio Arancibia, Presidente de la Asociación de Radiodifusoras Católicas ARCA.

El premio ARCA 2006 será entregado a los directivos, conductores y productores de MELGANDO y a las autoridades del INPRU el próximo 24 de agosto a las 18:30 horas, durante la clausura del Seminario de Gestión Radial 2006, en la Casa de Ejercicios Espíritu Santo (Av. Tomás Moro 413, Las Condes).

Melgar: abrir surcos

MELGANDO es una iniciativa del Instituto Nacional de Pastoral Rural (INPRU), organismo de la Conferencia Episcopal de Chile, que data de 1983, año en que la entidad eclesial encarga este proyecto piloto a Patricio Young.

En esa oportunidad se formó un equipo técnico que incluyó como conductor a Sergio “Pirincho” Cárcamo junto a otros profesionales de la radiodifusión, y se elaboraron los programas de los primeros seis meses, que se difundieron en cuatro radioemisoras de zonas rurales: Melipilla, San Bernardo, Talagante y San Antonio.

Fue un joven campesino quien, en un concurso, propuso el nombre “Melgando”, que guardaba relación directa con la reciente Carta pastoral de los obispos “Abrir surcos para sembrar esperanzas”, puesto que “Melgar” significa abrir surcos para sembrar la semilla.

El primer programa, de media hora de duración, salió al aire en mayo de 1984. La idea fue entregar a los jóvenes, temas de formación y orientación, producidos a partir de sus propias preocupaciones e intereses, y de esta manera ayudarles a enfrentar los nuevos desafíos.

La primera característica musical era interpretada por Osvaldo Díaz. Hoy, la moderna característica 2006 de Melgando ya se difunde en las emisoras desde Arica a Tierra del Fuego.

El tema central del primer programa fue el pololeo. Uno de los últimos, en julio de este año, fue la encíclica de Benedicto XVI “Deus Caritas est”. Ver listado de temas de Melgando

En los dos primeros años, el proyecto recibió el apoyo de la Campaña de Comunicación Católica de USA, lo que permitió iniciar el proceso con una producción de dos programas al mes.

Reflexión junto a la radio

La planificación inicial consideró un trabajo con grupos de jóvenes que se juntaban a escuchar y reflexionar los programas en el día y hora de su transmisión. Había un coordinador nacional y animadores de los grupos de jóvenes de las comunidades. Los animadores recibían una ficha de animación y los demás jóvenes, otra para la reflexión de cada uno de los programas.

Este método fue todo un éxito. Después de un tiempo, se calcula que unos cinco mil jóvenes se juntaban a reflexionar los temas.

Pronto se incorporó Radio Chilena y varias otras radioemisoras de diversas diócesis. Los estudios de la época situaban a Melgando en primera y segunda sintonía en Santiago, con una amplia acogida también en los públicos adultos. Por eso, poco a poco, fue orientándose a la familia rural y urbana.

En 1990 se produjeron nueve programas Melgando para televisión con el mismo formato, que se transmitieron Canal 4 de la UCV de Valparaíso, 8 de La Serena y el Canal Regional de Puerto Montt.

En 22 años, Melgando ha producido 710 programas con un promedio de cuatro al mes que se difunden por 165 radioemisoras.

“Yo soy fruto de Melgando”

A partir de abril de 2006, las grabaciones se realizan en los Estudios del INPRU en Almirante Barroso 66, Santiago. Desde hace un tiempo los audios ya no se envían en casetes, sino en audios MP3 contenidos en CD. Próximamente, el programa se llevará al sitio Web del INPRU.

Muchos colegios, profesores y catequistas graban algunos programas para trabajarlos en sus clases de Religión o en catequesis. Los directivos del INPRU relatan que el programa despertó o reforzó vocaciones sacerdotales y religiosas. “Por ejemplo, conversando un día con un sacerdote que yo no conocía, me dijo: “Yo soy fruto de Melgando, cuando joven fui animador del grupo de jóvenes que reflexionaba los programas en mi comunidad”. Y esa es una gran alegría para quienes hemos trabajando en el programa”, cuenta Robinson Lira, Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Pastoral Rural (INPRU). El plan original de grupos de reflexión del programa en terreno se mantuvo sólo dos años. Por falta de recursos el programa estuvo a punto de cerrar hace algunos años. Incluso se grabó un programa especial de cierre, pero la acción del Espíritu permitió que otro organismo de cooperación internacional se sumara y les diera un respiro.

Los impulsores de “MELGANDO” admiten que no ha sido fácil esta tarea: “En todo caso, ha sido una experiencia riquísima, que el Señor la ha permitido en la forma que se ha dado. Con muchas dificultades, pero también con muchas alegrías”, acota el director del INPRU.

Durante este tiempo, el Instituto Nacional de Pastoral Rural ha contado con un equipo técnico, panelistas, invitados y un equipo logístico y administrativo. El actual equipo estable lo conforman Patricio Young, Sergio “Pirincho” Carcamo, Pedro Lincopán, Orlando Valderrama, Julio Salgado, María Eugenia Ravanal y Robinson Lira. Explica Robinson Lira: “Todos han asumido su tarea como una verdadera labor de apostolado al servicio de los jóvenes y la familia. Hemos mantenido una fiel y creciente audiencia, que se ha manifestado a través de cartas, e-mail, llamados telefónicos y conversaciones personales. Por último, hemos tenido el apoyo de Obispos, sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos, que con sus palabras de aliento, nos han estimulado a perfeccionar nuestro servicio, buscar formas para rebajar costos de producción y mirar siempre hacia delante como aquel cántico que dice: Caminar, caminar nunca para atrás mirar, siempre avanzar, caminar hacia ti Oh Dios”.