Una de las bendiciones que Dios ha regalado en este tiempo al Obispo Emérito Tomás González fue la posibilidad de despedirse de la Grey Magallánica, a la cual dirigió durante 32 años. Así lo afirmó el jueves 25 de mayo luego de arribar en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, en vuelo proveniente de Punta Arenas, viaje que lo trajo a la capital para radicarse definitivamente en ella y donde pasará a formar parte de la Comunidad Religiosa de la Casa Inspectorial.
Fue recibido en el Aeropuerto por algunos de los Religiosos Salesianos pertenecientes a la Comunidad Religiosa de Valparaíso: El P. Director Mario Molina, P. Bernardo García y P. Simón Kuzmanich, quienes se dieron cita para estrechar un primer abrazo al Obispo Emérito en esta nueva etapa que comienza. Asistió también el Secretario Inspectorial, P. Luis Peragallo y un sobrino del Padre Obispo González.
Finalizado el proceso de despedida con las distintas agrupaciones magallánicas, el P. Obispo Tomás señaló que siente el distanciamiento de la Diócesis que dirigió por tanto tiempo, por todo cuanto vivió en ella. Mencionó las situaciones complicadas de la Dictadura Militar, el conflicto con la Nación hermana de Argentina, el contacto con los jóvenes, etc., y de manera particular se refirió al Sínodo celebrado en 1978 en Punta Arenas para adaptar la Iglesia Magallánica al Concilio Vaticano II. Una de las grandes conclusiones de dicho encuentro fue despertar la cultura Chilota, cuya religiosidad, según señaló el Obispo Emérito, es extraordinaria y ha enriquecido mucho a la Diócesis
Consultado el Obispo sobre planes para la etapa que comienza, señaló que ya ha recibido varias peticiones para algunos servicios, como por ejemplo, dictar clases de Teología Moral a los Profesores de Religión en la Universidad Católica Silva Henríquez, sostener encuentros con los formandos salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, entre otras.