Arica, 2 noviembre 2005.
“El Papa Benedicto XVI comprometió sus oraciones por la integración de los países andinos”, señaló el obispo de Arica, Mons. Héctor Vargas, quien pudo conversar brevemente con el Pontífice, en el marco de la canonización del Padre Hurtado. El prelado ariqueño señaló además que la población está preocupada, pero tranquila, frente a las actuales tensiones entre Chile y Perú por los límites marítimos.
Monseñor Héctor Vargas, en el saludo que pudo realizar al Papa, durante la Canonización del Padre Hurtado, aprovechó la oportunidad para hablar con el Pontífice sobre Arica, sosteniendo un breve diálogo en el que “me escuchó con mucha atención”, dijo. “Le expresé el cariño de toda la Iglesia de Arica, de su pueblo y de sus autoridades. Al mismo tiempo le hice ver que confiaba mucho en sus oraciones y que nos tuviera presente para fomentar la integración en la zona. Consultado acerca del ambiente que se vive en la zona, a raíz de la inminente aprobación mañana en el parlamento peruano de una ley que modifica unilateralmente el límite marítimo con Chile, Mons. Vargas expresó que “todo está muy tranquilo a nivel eclesial. De hecho, ambas iglesias vecinas, la de Arica y la de Tacna, hemos venido haciendo trabajo de tiempo para favorecer la integración, y nos prestamos servicios pastorales mutuos”.
Esta mañana, el Obispo de Arica se comunicó telefónicamente con el obispo de Tacna y Moquegua, Mons. José Hugo Garaycoa Hawkins, con quien prosiguió normalmente las conversaciones acerca de su participación en la semana de integración de Tacna en Arica, que organiza el consulado de Perú en esa ciudad, y que según el obispo Vargas, se realizará normalmente. Mons .Garaycoa y su obispo coadjutor, Mons. Mario Cortés Lara participarán en las actividades programadas.
Sin embargo, Mons. Vargas reconoce “algún tipo de intranquilidad porque no es un tema sencillo, pues la zona en discusión tiene que ver con una zona económica importante para Arica, para todo el mundo pesquero industrial y artesanal… todo esto crea algún tipo de inseguridad y de intranquilidad. (Los obispos) no intervenimos en esto… la situación está en manos de la diplomacia y la idea es que así se siga haciendo.