Santiago, 24 mayo 2005.
Papás con su polerones del EPE, Hijas de María Auxiliadora, seminaristas salesianos, socios y socias de ADMA (Asociación de María Auxiliadora), grupos juveniles del MJS, fieles de las comunidades cristianas y tantas otras expresiones del vasto Movimiento Salesiano se dieron cita el sábado, para acompañar a la Virgen Auxiliadora en el recorrido que hizo por las calles de Santiago, en una procesión presidida por el obispo auxiliar, el salesiano Mons. Ricardo Ezzati y que congregó a más de 700 fieles.
La actividad comenzó a las 17:00 hrs. en el templo del Liceo José Miguel Infante de las Hijas de María Auxiliadora, donde se invitó a peregrinar con la invitación del Rector Mayor de “rejuvenecer el rostro de la Iglesia”, que simbólicamente se hizo patente con la gran presencia juvenil en una ceremonia que reunió a más de 700 personas, según la estimación de la Policía de Carabineros, que resguardó el avance de la procesión por las calles Brasil, Moneda y Cumming, hasta llegar al Santuario María Auxiliadora, en la Alameda.
El provincial salesiano, padre Bernardo Bastres, al iniciar la procesión, recordó que “el auxilio que presta María, es el auxilio que quiere que nosotros presetemos a los demás, espcialmente a los jóvenes”. Invitó a que el peregrinar sea “un reafirmar nuestro sentido eclesial de servicio”.
Ya en el templo, el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati –que además preside la Fundación María Auxiliadora que pretende restaurar el Santuario– se refirió al mensaje de María en el contexto del lema que el Rector Mayor propuso este año para la Familia Salesiana. “La Madre de Jesús nos viene a decir que la Iglesia vive y crece en cada una de las comunidades, y que tiene un mensaje atrayente que ofrecerle a los hombres y mujeres de hoy, especialmente a los jóvenes y a las jóvenes”, dijo el prelado.