Santiago, 18 mayo 2005.
Desde el Capítulo General XXV y las líneas del Rector Mayor y su Consejo para el sexenio surge la inquietud sobre una reflexión acerca de la formación y vocación de los salesianos. En esta segunda jornada de directores del año, los superiores refelxionaron a partir del documento del padre Cereda “La Fragilidad vocacional: orientaciones para la reflexión y propuesta de intervención”.
El padre Tomás Aguayo, delegado provincial de formación, explica el concepto de fragilidad vocacional como “aquellos elementos en el estilo de vida religiosa y vocacional –como se dan en toda vocación– que no siempre permiten dar la calidad y perseverancia necesaria a la vida que llevamos”; o sea, se trata de elementos que tienen que ser determinados.
El documento del padre Cereda tiene tres partes: una reflexión sobre las causas, expresiones y raíces de la fragilidad, la necesaria comprensión y consideración de la cultura, y la relación con los demás hermanos. Los directores respondieron también una encuesta-estudio, para ir determinando algunos factores que inciden en el tema de la fragilidad.
El documento fue trabajado por grupos, para luego realizar un plenario. Por la tarde el Provincial dio un informe sobre la CISUR y la Visita de Conjunto con el Rector Mayor, en la que participó el Consejo Inspectorial.
Al finalizar el encuentro, el Consejo Inspectorial se reunió con el director de Iquique, como lo está haciendo, fundamentalmente con las comunidades más alejadas de Santiago.