Santiago, 28 marzo 2005.
El obispo auxiliar de Santiago, Mons. Ricardo Ezzati, S.D.B., hizo la homilía de la misa crismal realizada en la catedral de Santiago el jueves santo.
La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de Santiago, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa y fue concelebrada por cerca de 400 sacerdotes –diocesanos y religiosos– de la arquidiócesis, entre los que se encontraba el provincial salesiano, padre Bernardo Bastres, salesianos de las casas de formación y los que trabajan en parroquias confiadas a la Congregación.
Mons. Ezzati llamó a los sacerdotes a configurarse íntimamente con Cristo para llevar el evangelio a los hermanos de la arquidiócesis.
“Toda esta vocación -la sacerdotal- puesta al servicio del pueblo del Señor, ese pueblo que el Señor nos ha confiado. Nos confió más profundamente en la conciencia y en la experiencia de pertenecer al único presbiterio diocesano en comunión con nuestro obispo, apacentando, en nombre del Señor, la grey de la que somos pastores”. También expresó que “unidos más estrechamente a Cristo, significa que el sacerdocio no puede construirse y vivirse de cualquier manera. Su único referente permanente y decisivo es Jesús, el Mesías, el Señor, que en el Evangelio de San Lucas se nos presenta como el ungido y el enviado para lleva la Buena Nueva (…) Significa confesar humildemente pero también confiadamente que somos sacerdotes en él, de él, para él, como él”
Por último, Mons. Ezzati llamó a los fieles a orar por sus sacerdotes para que sean fieles a su ministerio y a la misión que el Señor les ha encomendado.