Santiago, 15 marzo 2005.
El próximo 10 de abril se realizarán en Santiago, los homenajes al Cardenal Raúl Silva Henríquez, con motivo de un nuevo aniversario de su fallecimiento. Este año se quiere destacar su aprecio por la Eucaristía y su cercanía y relación con el pueblo.
El domingo 10 de abril, a las 13:00 hrs., en la Plaza de Armas de Santiago, se realizará el acto cívico frente al monumento del Cardenal Silva, donde “queremos resaltar la figura de Mons. Silva Henríquez en su relación y cecanía con el pueblo. Se invita de modo especial al mundo cívico, a los sindicatos, a los partidos políticos, y las instituciones que el Cardenal ayudó en sus inicios, como las Fundación para el Desarrollo y la Fide entre otras”, expresó Nello Gargiulo, de la Fundación Cardenal Silva.
Previamente, a las 12:00 hrs. en la Catedral Metropolitana de Santiago, se oficiará una Eucaristía presidida por el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati Andrello, S.D.B. en la que se destacará del Cardenal Silva ” la dimensión de Pastor en la Eucaristía”, señaló Gargiulo.
Consultado acerca de la difusión de los actos conmemorativos, Gargiulo expresó su preocupación pues siempre “hay muy buena disponiblidad, pero siempre es dificil convocar al pueblo. Esperamos este año contar con el apoyo de los medios de comunicación, y pueda pueda haber así una mayor motivación”.
EL CARDENAL RAÚL SILVA HENRÍQUEZ.
Raúl Silva Henríquez fue hijo de Ricardo Silva Silva y de Mercedes Henríquez Encina; nació en Talca el 27 de septiembre de 1907. Realizó sus estudios en el Liceo Alemán de Santiago, y posteriormente estudió Derecho en la Universidad Católica de Chile; se recibió de abogado en 1929.
A los 22 años ingresó a la Congregación Salesiana en Santiago. Estudió Teología en Turín, donde obtuvo un doctorado. Fue ordenado sacerdote en esa misma ciudad en 1938.
Juan XXIII lo nombró obispo de Valparaíso (1959) y luego arzobispo de Santiago (1961). El mismo Pontífice lo creó Cardenal en 1962. Dirigió los destinos de la Iglesia de Santiago hasta 1983, cuando fue reemplazado por Mons. Juan Francisco Fresno.
En su testamento espiritual, el cardenal expresó su gran amor por la Iglesia y por los chilenos: “He buscado a lo largo de mi vida amar entrañablemente a mi Señor… A Él he buscado servir como sacerdote y obispo… Mi palabra es una palabra de amor a la Santa Iglesia. Mi palabra es una palabra de amor a Chile. He amado intensamente a mi país. Es un país hermoso en su geografía y en su historia. Hermoso por sus montañas y sus mares, pero mucho más hermoso por su gente. El pueblo chileno es un pueblo muy noble, muy generoso y muy leal”.
El cardenal Raúl Silva Henríquez falleció el 9 de abril de 1999, en la comunidad salesiana “Casa de Salud”, en Macul.
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