Santiago, 10 de marzo de 2005.
El proyecto de remodelación y ampliación de la cripta (donde se encuentran sepultados los Arzobispos de Santiago) y del presbiterio de la Catedral Metropolitana es una antigua aspiración del Cabildo Metropolitano. Los trabajos se iniciaron los primeros días de marzo y se extenderán aproximadamente por seis meses. La nueva cripta estará ubicada en el subsuelo del presbiterio (altar mayor) del principal templo católico de la capital y tiene como propósito el contar con “un espacio digno para la sepultura y conmemoración de los arzobispos de Santiago y de los deanes de la Catedral”, según señalaron los impulsores de la iniciativa.
El proyecto respectivo –el que ya fue aprobado y cuenta con la revisión del Consejo de Monumentos Nacionales– contempla la construcción de nichos para treinta obispos y 18 deanes, así como la de una pequeña capilla. Además, la iniciativa considera la instalación de mobiliario litúrgico, calefacción por loza radiante y de iluminación ornamental.
El proyecto de ampliación de la cripta contempla la extensión desde la cripta existente hacia el área subterránea del actual presbiterio. Por lo tanto, las áreas que serán intervenidas para tal objeto comprometen el área de emplazamiento del presbiterio, su sector perimetral y sus respectivos depósitos subyacentes, donde se concentrarán los trabajos de excavación arqueológica con el propósito de recuperar, de modo sistemático, todos los restos materiales y contextos culturales que se encuentran depositados, desde la superficie hasta una profundidad máxima de 4 metros que alcanzará la obra, y que permitirán conocer todos aquellos procesos y dinámica ocurridos en este lugar, desde tiempos pre-hispánicos, cuando este sector del valle central en la ribera sur del río Mapocho constituyó parte de un asentamiento incaico de Chile Central, el que luego después de la conquista era parte de los solares que la Iglesia compró en tiempos de la Colonia (1748) a sus propietarios, los vecinos Juan de Ovalle y Antonio Bascuñan, lográndose con esto dar inicio a la edificación de la actual Catedral Metropolitana de Santiago, obra que tardaría en estar concluida, casi pasado un siglo (1831).
Los trabajos de remodelación también abarcan al presbiterio (alta mayor) y a la ventana absidal del edificio. En cuanto al presbiterio, el proyecto contempla la limpieza de la plataforma del presbiterio, la sustitución de su acceso lateral por un acceso frontal y la consolidación de su mobiliario litúrgico. La obra del presbiterio contempla una capacidad para cien sacerdotes, número necesario para las grandes celebraciones.
Por otra parte, el proyecto recupera la ventana absidal del edificio, actualmente bloqueada desde el interior. La recuperación de la luz del poniente constituye el objetivo principal de actuación en el área cabezal de la nave. A los pies de esta ventana y luego de retirarse las rejas que actualmente bloquean el paso en el sector poniente, el señor Cardenal ha indicado su interés por establecer un nuevo altar para la veneración de un santo.
El comité que está cargo de llevar adelante este proyecto es presidido por Monseñor Cristián Precht Bañados, Vicario de la Zona Sur y miembro del Cabildo Metropolitano. Los profesionales que participan en el proyecto son: Arquitecto Rodrigo Pérez de Arce, arqueóloga Pilar Rivas, e ingeniero Arturo Goldsack Jarpa.
RESEÑA HISTÓRICA
La construcción actual de la Catedral Metropolitana se remonta a 1748 (con anterioridad, en el mismo lugar se levantaron dos templos, pero ambos fueron destruidos por diversos terremotos e incendios). Su terminación fue encomendada al arquitecto italiano Joaquín Toesca y recien fue concluida en 1780. Hacia 1830 el edificio estaba casi concluido, y en 1840 el Papa Gregorio XVI lo convierte en Catedral, este auto de erección se perdió por lo que el Papa Pío IX permite hacer uno nuevo, quedando como fecha definitiva la del 29 de Septiembre de 1873. En 1846 se dio comienzo a la construcción de la Capilla del Sagrario, la cual fue terminada por Eusebio Chelli