Santiago, 1 febrero 2005.
En el centro del templo de La Cisterna, una casulla y un cáliz usados por don Bosco, acompañaban la reliquia del santo expuesta para la veneración. A las 19: 30 hrs. de ayer, comenzó la Eucaristía que reunió a la Familia Salesiana invitada a “rejuvenecer el rostro de la Iglesia” y a vivir intensamente el año de la Eucaristía.
42 sacerdotes y un templo repleto de fieles celebraron la fiesta de San Juan Bosco que cada año reúne a la Familia Salesiana de Santiago en el tradicional templo construído por el cardenal Raúl Silva Henríquez.
El canto del coro, los signos preparados por los jóvenes de La Cisterna y el ambiente de gratitud al Padre y Maestro de la Juventud, dieron un especial marco de acogida a las palabras del Provincial Salesiano, padre Bernardo Bastres, quien presidió la Misa, e invitó en su homilía a vivir intensamente el año de la Eucaristía y a recibir la invitación del Rector Mayor a “rejuvenecer el rostro de la Iglesia, que es Madre de nuestra Fe”.
“Rejuvenecer la Iglesia es hacer que sea casa para los jóvenes. La Iglesia será joven si estarán en ella los jóvenes, sobre todo ahora que crece entre ellos la desafección en todo lo que sea estructura, organización, basta pensar lo que sucede en nuestro país a nivel de compromiso político. Por consiguiente, es necesario hacer un camino pedagógico para guiar a los jóvenes a la Iglesia y hacerlos ser Iglesia”, expresó el padre Bastres.
El Provincial recordó el gran cariño y aprecio de Don Bosco por la Iglesia que lo expresaba “a través de un trinomio sencillo, pero profundo: amor hacia Jesucristo, presente principalmente en la Eucaristía, que es la acción principal de la Iglesia; devoción a María, Madre y Modelo de la Iglesia; fidelidad al Papa, Sucesor de Pedro y centro de unidad de la Iglesia”.
Bastres recordó el peligro que implica el subjetivismo en la vida de Fe y expresó que “una de las tareas urgentes es educar a los jóvenes a sentirse Iglesia, a participar de ella, a vivir su fe al interior de la comunidad cristiana. Esta no es tarea fácil, ya que la tendencia de hoy es vivir la fe de manera subjetiva, donde lo más importante es Yo y Dios, sin Iglesia, sin Estructura, sin Jerarquía, sin una comunidad. Esto es lo contrario a la fe cristiana, que por esencia es comunitaria, descubrimos y celebramos al Señor Jesús en la comunidad, con los otros”.
Con relación al año de la Eucaristía, el padre Bastres manifestó en su homilía la necesidad de reeducar en la importancia del día domingo. “Debemos aprender a vivir el domingo como día de la Iglesia (esta Iglesia doméstica que es la familia), día del hombre, día del Señor. Nuestros jóvenes deben hacer experiencia del Día Domingo: como día familiar, festivo y religioso. Día en que Cristo ha vencido la muerte con su Resurrección”.
Durante la Misa, el Provincial Salesiano fue acompañado en la sede, por el vice provincial salesiano, padre Hugo Strahsburger y por el nuevo director de la obra salesiana de La Cisterna, padre Mario Scomparín.
Luego de la liturgia, se repartió el también tradicional refrigerio que se ofrece a la gente luego de la Misa y que este año consistió en bebidas. Un momento de compartir, de saludos y de reencuentros…
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