Scout del Coordinación Nacional del MJS recibe máxima distinción

Santiago, 8 septiembre 2004.
Cuenta la historia del escultismo nacional con la facilidad y cariño de quien habla de la propia vida. Se reconoce un convertido y seguidor de San Juan Bosco. Víctor Muñoz, es miembro del equipo nacional Scouts del Movimiento Juvenil Salesiano y este sábado recibió la “insignia de madera”, la máxima condecoración que otorga la Asociación de Guías y Scouts de Chile.

Víctor Muñoz Fredes cumplirá 48 años en noviembre y su familia —todos Scouts— está integrada por su esposa Susana Schmidt y sus hijos Pablo y Catalina. Víctor es miembro, desde sus orígenes, del equipo nacional Scouts del Movimiento Juvenil Salesiano, e integra la Cuarta corte de Honor Territorial de la Asociación de Guías y Socuts de Chile, con jurisdicción en la zonas norte, oeste, sur y central de Santiago. El sábado, en una ceremonia que se realizó en el salón Cardenal Raúl Silva Henríquez del Colegio Salesianos Alameda, Víctor recibió “la insignia de madera” que acredita su aprobación del curso avanzado, la mayor instancia formativa a la que puede llegar un dirigente Scouts. En el acto estuvo presente Marco Pérez Madrid, director de la zona Scouts, Alexis Saguas, director de distrito, la señora Karina Trujillo, comisionada guía, don José Mansilla, miembro de la Corte de Honor y el padre Carlo Lira, Coordinador Pastoral de Salesianos Alameda.

Originalmente a esta distinción se le conoce como “Insignia de Gilwell”, “que es el nombre del parque o lugar de adiestramiento donde Baden Powell, por allá por el año 1919 hizo el primer curso de instrucción para jefes que alcanzaban la alta especialización”, relata el propio Muñoz.

Este curso, que hasta 1960 aproximadamente se realizaba sólo en Inglaterra, comenzó luego a darse en otros países con el nombre de “curso avanzado”, obviamente en Chile, el primero de Latinoamérica y el segundo del mundo en acoger al Movimiento.Víctor Muñoz destaca el carácter sencillo de la nueva insignia que lleva, porque así era el estilo de las condecoraciones dadas por el Baden Powell. El distintivo consiste en un pañolín con un anillo y un collar. “El anecdotario cuenta que Powell tomó un par de cordones de cuero de sus zapatos, y de un collar que le había llegado de los zulúes, tomó dos cuentas de madera y las ató a los extremos de la cuerda, y con un nudo simple a cierta altura. De una camisa suya sacó un pañolín y le puso un anillo, que , hoy todo el mundo le llama turco, porque el anillo lo tejió con un cordón de cuero y lo que trenzó fue un nudo cabeza de turco” explica Muñoz.

Para dar este paso dentro del Movimiento Scouts, Muñoz debió realizar cursos de formación y durante dos años realizó una investigación —a modo de tesis final— que tituló “Los valores y la espiritualidad en el joven de hoy en Chile” para la que le fue de mucha utilidad —como él mismo reconoce— su participación en la fase inicial del proceso de renovación de la pastoral juvenil salesiana.

Su relación con la Obra Salesiana y con Don Bosco es muy particular, hoy se confiesa un adherente y admirador del Padre y Maestro de la Juventud. “Para mí, Don Bosco fue descubierto en la obra de Alameda. Durante mi niñez en Valparaíso, Don Bosco era sinónimo de muerte, debido a que me llevaban a esa iglesia, sólo a los funerales y misas de difuntos. Hasta que llegué a Alameda con mi hijo. Soy un convertido a Don Bosco y soy apasionado por él también. Vi que había mucha similitud entre los proyectos de Don Bosco y de Baden Powell, por el tema de la opción preferencial por los jóvenes. Además que los propósitos son muy parecidos. Todo el proyecto es muy afín”, comenta animadamente Víctor.

Víctor está contento por este paso que dio y especialmente porque la ceremonia se realizó en un nuevo aniversario de grupo Scouts Salesianos Alameda, que estuvo presente en pleno en este importante momento.